El Presidente de Uzbekistán participa en la inauguración del III Foro Internacional “De la Pobreza a la Prosperidad” en Namangán

El Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, participó en la ceremonia de apertura y pronunció un discurso en el III Foro Internacional “De la Pobreza a la Prosperidad”, que dio inicio en la ciudad de Namangán.
Según informó el servicio de prensa del Jefe de Estado, el Presidente señaló que, en el contexto de la inestabilidad geopolítica, económica y social en el mundo, así como de las consecuencias del cambio climático, el crecimiento económico global se ha ralentizado, lo que ha provocado un aumento en el número de personas con bajos ingresos. Estas realidades plantean nuevos y urgentes retos para los Estados, las organizaciones internacionales y toda la comunidad mundial.
En este difícil periodo, la lucha contra la pobreza en Uzbekistán se ha elevado al rango de política estatal. Los esfuerzos se centran en garantizar que cada persona —especialmente los jóvenes y las mujeres— pueda desarrollar plenamente su potencial. En la Constitución actualizada se establece que las pensiones, subsidios y ayudas sociales no pueden ser inferiores a los gastos mínimos de consumo.
Gracias a reformas consistentes, 7,5 millones de personas han salido de la pobreza, y en 2024 su nivel se redujo al 8,9 por ciento. Para finales de año se ha fijado el objetivo de disminuir esta cifra al 6 por ciento. Un factor decisivo ha sido el crecimiento económico, que se ha duplicado, y se prevé que el ingreso per cápita alcance los 3.500 dólares a fin de año.
A partir de la implementación de nuevas iniciativas y del estudio de las mejores prácticas internacionales, se ha formado un modelo del Nuevo Uzbekistán para la reducción de la pobreza. Se han introducido registros sociales focalizados y, durante la pandemia, se destinaron un total de 8 mil millones de dólares a medicamentos gratuitos y pagos sociales. Esto permitió evitar que 5,2 millones de ciudadanos cayeran en la “trampa de la pobreza” y prevenir una recesión económica.
Se ha instaurado un sistema de trabajo a nivel de mahalla —la unidad comunitaria más básica—. Se realiza un trabajo individual con cada familia y se asignan los recursos necesarios para incrementar sus ingresos. Cada año, entre 2.500 y 3.000 millones de dólares se destinan a la mejora de las mahallas, la calidad de vida de las personas y el desarrollo de la infraestructura empresarial.
Para aumentar los ingresos rurales, se redujeron 235 mil hectáreas dedicadas al algodón y a los cereales, y se otorgaron a los ciudadanos parcelas de entre 0,3 y 0,5 hectáreas. Este paso contribuyó al aumento de los ingresos de 800 mil personas.
“Gracias a estos esfuerzos a gran escala, Uzbekistán busca cumplir anticipadamente el compromiso asumido: reducir la pobreza a la mitad para 2030. Es más, hoy estamos listos para fijar una meta aún más ambiciosa: de aquí a 2030, según los criterios internacionales, Uzbekistán tiene todas las condiciones para erradicar por completo la pobreza absoluta —y sin duda lo lograremos”, subrayó el Presidente.
Se está implementando el programa “De la Pobreza a la Prosperidad”, que consta de siete prioridades:
Primero. No solo el empleo a cualquier costo, sino la creación de fuentes de ingresos sostenibles. En 2024, gracias a 35 mil millones de dólares en inversiones, se abrieron más de 9.000 nuevas empresas y se crearon alrededor de 300.000 puestos de trabajo bien remunerados. El Estado crea las condiciones para los negocios, y los emprendedores, asumiendo responsabilidad social, ayudan a que las personas con bajos recursos obtengan empleo e ingresos permanentes. Solo este año, más de 270.000 miembros de familias de escasos recursos consiguieron trabajos estables.
Segundo. Una educación de calidad como principal “motor” para reducir la pobreza a largo plazo. Los niños de familias con bajos ingresos estarán completamente cubiertos por la educación preescolar; el 80 por ciento de sus gastos en aprendizaje de idiomas extranjeros y formación profesional será compensado. En los últimos cinco años, más de 800.000 personas se formaron en profesiones modernas y fueron empleadas en puestos bien remunerados. Se están creando centros internacionales de formación profesional con certificados reconocidos en el extranjero.
Tercero. Ampliar la participación de las mujeres en la vida pública. A las estudiantes se les conceden créditos educativos sin intereses y se les brinda la posibilidad de cursar maestrías de forma gratuita. Hoy en día, el 53 por ciento de los estudiantes son mujeres; solo en este año, 1,7 millones de mujeres obtuvieron empleo. En 2024 se asignaron 1.500 millones de dólares al apoyo del emprendimiento femenino; en 2025 se prevé garantizar ingresos estables a 2 millones más de mujeres. En el marco del programa “Hijas de la Generación Digital”, 50.000 jóvenes recibirán formación en TI, fintech e inteligencia artificial.
Cuarto. La salud como base del desarrollo del potencial humano. Se asignan médicos a familias con bajos ingresos y se realizan chequeos médicos integrales anuales. Se ampliará la cobertura de la asistencia médica garantizada, y los gastos en salud de estas familias se reducirán a la mitad mediante medicamentos gratuitos y paquetes de asistencia.
Quinto. Protección social focalizada. El sistema ha sido completamente reformado: se creó la Agencia Nacional de Protección Social, y en todas las ciudades y distritos se abrieron centros Inson, que ofrecen más de 100 tipos de servicios sociales bajo el principio de “ventanilla única”. En cada mahalla trabajan asistentes sociales. En 2024, 2,7 millones de ciudadanos recibieron servicios y ayudas. Las nuevas formas de cuidado diurno para personas necesitadas permitieron que 50.000 miembros de familias en edad laboral regresaran al trabajo.
Para mejorar la calidad y la cobertura de los servicios sociales, se lanzó un proyecto de 100 millones de dólares en cooperación con el Banco Mundial. Se están implementando programas específicos para garantizar la inclusión de los niños con discapacidad en la educación escolar y profesional.
Sexto. La infraestructura como clave para reducir la pobreza multidimensional. En 1.000 mahallas con condiciones difíciles, donde viven unos 3,5 millones de personas, se están llevando a cabo grandes proyectos. En 2025 se destinarán otros 400 millones de dólares a mejorar la infraestructura de las mahallas, crear empleo y apoyar el emprendimiento: se seleccionaron 32 distritos y 328 mahallas “vulnerables” para programas de desarrollo específicos. Paralelamente, en 810 mahallas se ejecutan proyectos por valor de 1.300 millones de dólares en suministro de agua, alcantarillado, carreteras, construcción de escuelas y guarderías. Para las familias con bajos ingresos se prevén 200 millones de dólares anuales en subsidios hipotecarios.
Séptimo. Más del 70 por ciento del gasto público se destina al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, a nivel global, los países en desarrollo requieren más de 4 billones de dólares al año para alcanzarlos. En este contexto surge la necesidad de una “nueva arquitectura financiera para la lucha contra la pobreza” —con una evaluación objetiva de riesgos, movilización de recursos y un uso más eficaz de los mismos.
En este sentido, en 2026 la ciudad de Jiva acogerá una conferencia con la participación de instituciones financieras internacionales, organizaciones donantes y países socios.
En el foro participaron el presidente del Banco Islámico de Desarrollo, Muhammad Al Jasser; el vicepresidente del Banco Asiático de Desarrollo, Inmin Yang; la primera vicepresidenta de JICA, Sachiko Imoto; el representante especial de la ONU para Asia Central, Kaha Imnadze; el director global del Banco Mundial para la reducción de la pobreza, Luis Felipe López-Calva, así como unos 200 expertos internacionales.
En las sesiones se debatieron enfoques innovadores sobre temas como la adecuación de las medidas a la demanda del mercado, las posibilidades de las finanzas islámicas, la inclusión empresarial y la inversión en capital humano.
El foro concluirá sus trabajos el 18 de septiembre.