La Constitución de Uzbekistán: un fundamento para la estatalidad moderna y la dignidad humana

El 33.º aniversario de la adopción de la Constitución de la República de Uzbekistán es un acontecimiento trascendental para la nación. Por primera vez en nuestra historia como Estado independiente, una Constitución adoptada por la voluntad del pueblo se erige como pilar fundamental de la gobernanza moderna. Encierra la rica experiencia de la construcción estatal nacional, responde a los desafíos sociales y administrativos más apremiantes y presenta una estrategia cuidadosamente elaborada para la interacción entre el individuo, la sociedad y el Estado en medio de un complejo entorno geopolítico mundial. En esencia, la Constitución renovada refleja nuestro compromiso irreversible con las reformas democráticas en la gestión estatal y en la protección de los derechos humanos.
Nuestra Ley Fundamental define el rumbo del desarrollo nacional, garantiza la irreversibilidad de las reformas y sirve de marco rector del modelo de Estado del país.
Este aniversario no es sólo una celebración, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el papel de la Constitución en la vida cotidiana y su extraordinaria importancia en la protección de la dignidad humana y la justicia. La directiva presidencial de celebrar el Día de la Constitución al más alto nivel subraya su profundo valor jurídico, moral y estratégico en la sociedad contemporánea.
En el mundo acelerado de hoy, la competitividad de un país, la eficacia de la gobernanza y la protección de los derechos humanos dependen de normas constitucionales y mecanismos institucionales que respondan a las necesidades actuales. La Constitución revisada incorpora precisamente estos enfoques jurídicos modernos. Establece principios como dignidad humana, libertad, igualdad, justicia social, soberanía popular y Estado de derecho, y define mecanismos prácticos para su aplicación.
La influencia de la Constitución se extiende a todos los sectores, integrándolos en un sistema sociojurídico único orientado a un objetivo central: garantizar el bienestar humano. Es la base de reformas coherentes y sostenibles: desde el fortalecimiento de la democracia y la sociedad civil hasta la protección de la iniciativa empresarial y la ampliación de la protección social. Los avances en sanidad, educación, ciencia, cultura y deporte son manifestaciones prácticas de estos principios constitucionales.
La tarea fundamental consiste en transmitir la filosofía de la Constitución renovada, respaldada por el pueblo, a todos los estratos de la sociedad. La Constitución reconoce la dignidad humana como el valor supremo, refuerza la solidaridad social, eleva la cultura jurídica y une los esfuerzos de la ciudadanía para forjar de manera consciente y responsable su futuro como un Estado moderno basado en el Estado de derecho, bajo el noble ideal: «¡Por la Patria, por la Nación, por el Pueblo!».
La comunidad académica y los especialistas en derecho constitucional desempeñan un papel crucial en este proceso. Cada estudio académico, cada reflexión jurídica y cada iniciativa educativa profundizan la comprensión pública del espíritu y la esencia de las normas constitucionales.
También se están aplicando mecanismos prácticos para lograr estos objetivos. Por ejemplo, la aplicación móvil «Law School» («Huquq maktabi»), desarrollada en virtud del decreto presidencial del 24 de mayo de 2024, permite a la ciudadanía adquirir conocimientos jurídicos de manera independiente, cómoda y moderna. Con casi 66 000 usuarios registrados, 32 cursos educativos y más de 33 000 certificados emitidos, la aplicación demuestra el creciente interés público por la alfabetización jurídica. Es una herramienta moderna y eficaz para fortalecer la cultura jurídica, garantizar el Estado de derecho y mejorar el conocimiento legal de la población.
La Universidad Estatal de Derecho de Taskent (TSUL) desempeña un papel esencial en la formación de la nueva generación. Su profesorado ha elaborado libros de texto titulados «Fundamentos del Estado y del Derecho» para estudiantes de los grados 8.º a 11.º, basados en la Constitución revisada, que ayudan a los jóvenes a comprender su espíritu y su contenido y a adquirir habilidades prácticas para aplicarla en la vida cotidiana.
En definitiva, comprender el papel de la Constitución en nuestras vidas y garantizar la aplicación efectiva de sus disposiciones en todos los ámbitos requiere participación cívica activa, un alto nivel de cultura jurídica y un firme compromiso con el Estado de derecho. La Constitución no es sólo un documento jurídico; es el referente moral del desarrollo nacional y el pilar que fortalece la confianza de los ciudadanos en el Estado y la seguridad de la sociedad en el futuro. Respetarla es no sólo un deber constitucional, sino también una responsabilidad cívica en la construcción del Nuevo Uzbekistán.
Ikhtiyor Bekov
Jefe del Departamento de Derecho Constitucional
Universidad Estatal de Derecho de Taskent
Profesor de Derecho, DSc